Desde hace mucho tiempo he cultivado mi imaginación, porque siempre he creído que tener un mundo donde tu imaginación sea el poder más importante hace que el día a día de la vida adulta sea más fácil de afrontar.
La primera vez que vi en cartelera la película de Dungeons and Dragons, me emocioné pensando en las miles de horas de aventuras en la mesa de la sala del departamento de mis viejos, o en la casa de algún amigo, quedándonos despiertos hasta el amanecer, riendo y tirando dados, y por supuesto matando criaturas malvadas para salvar el Mundo.
Esto fue allá por el año 2000 y después de haber sobrevivido al holocausto informático que vaticinaba la destrucción de todos los sistemas de computadoras y el colapso bursátil que ello iba a acompañar (obviamente en sentido irónico), decidimos ir con mis amigos a la sala del cine y copar al menos la mitad del cine, para deleitarnos con la magnífica actuación de Jeremy Irons: «Do you think that you can steal MY Destiny? mwahahaha!!» (¡¡Qué grande!! se merecía el Oscar).
Lo primero que voy a decir, que hay que ir en un horario cuando el cine esté vacío, sí, vacío … que seas el único (o vos y tus amigos), porque no hay cosa más molesta que ir a disfrutar una película en la que tenés puestas todas las fichas que será el evento del milenio y encontrarte con cientos de giles que no paran de hablar. «Oh! ¡¡mirá bola de fuego!! … oh! ¡¡mirá golpe de rayos!!» … por amor a todos los Cielos, – «Sí, yo también vi que hizo ese hechizo y también sé reconocer a un Beholder o un Homunculus sin la necesidad que me tengas que explicar».
Pero no me quiero salir por la tangente, ni tampoco ponerme a hacer catarsis sobre eso, que no viene al caso.
Vamos al punto de este artículo:
La película apesta. Fue una de mis grandes decepciones cinematográficas, pero no fue la última (tuve varias): Mi amigo Lucho siempre me refriega en la cara haberlo llevado a ver «El Rey Arturo», año 2004 y que terminó siendo la historia de otro general romano que tenía el mismo nombre del Rey del mito. Y así, otras varias.
Volviendo a Dungeons and Dragons, la historia es bastante sosa con muchos huecos argumentales y muchos gritos al aire. El concepto de un Rogue (Ladrón) que obtiene un arma legendaria para vencer al mago malvado, más poderoso del mundo que ya tenía los niveles suficientes para crear artefactos mágicos, deja mucho que desear. Sobre todo, pensando que toda esa trama no se podría resolver en una sola película, y ahí justifico un poco el haber hecho tres largas, muy largas películas para la saga de «El Señor de los Anillos», pero no justifico el haber hecho tres películas largas para «El Hobbit», pero como ya dije antes, las películas te condicionan a la visión de una persona (posiblemente varias personas, pero ¿Quién está contando?) de la historia. Vale la aclaración que ambas sagas me gustaron.
Y vuelvo de nuevo a Dungeons and Dragons la Película. El desfile de monstruos en la película no bastan para sanear muchas falencias que quizás no fueron hechas a propósito, o quizás eran parte del guion. Cosas como, un enano bobo, sólo porque es guerrero o un laberinto dentro de la sede de hermandad de ladrones que llevaba a una gema super poderosa, pero que cualquiera podía ver desde arriba.
Cuando uno mira una película que tranquilamente podría ser sacada de una aventura de Dungeons and Dragons, siempre le encuentra cosas que están fuera de lugar, porque al jugar el juego de rol uno le pone una carga emocional a los personajes y a las situaciones que claramente no estará al verla en una película, por que simplemente uno no es parte de la experiencia, o porque uno a veces no llega a empatizar con la interpretación de los actores. Creo que por estas razones es que siempre uno prefiere jugar una partida de rol que verla en una película.
Incluso, ojeando un libro en el que uno se compenetra leyendo: sucede similar a cuando juegas el juego de rol. Entonces, las expectativas al ver una adaptación del Libro a la Pantalla Grande son igualmente terminantes. Sobre todo, si el libro te gustó en contenido.
Como conclusión, y esto es apreciación personal: «Tomo con muy bajas expectativas cada nuevo proyecto de adaptación de historias de libros o juegos de rol … o incluso de videojuegos. Esto, porque ya me he chocado con las experiencias de malas adaptaciones/interpretaciones en la Pantalla Grande».
Tómenlo como una apreciación personal que puede o no ser acorde a sus propias opiniones. Cualquier cosa, leo sus comentarios.
Mirko Emir.